Preocupante situación de la industria y de la política industrial

2016/07/06
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La situación que vive la industria vasca es más que preocupante. En los últimos meses son múltiples los casos de destrucción de empleo y de precarización de las condiciones de trabajo, en muchas ocasiones protagonizados por empresas multinacionales que presentan beneficios muy elevados. Ejemplos de ello son los de Arcelor en la CAPV o los relacionados con Landaben en Navarra (TRW).

Analisis Coyuntura 131Este etxto ha sido publicado en el documento Análisis de Coyuntura 131

Conociendo el fundamental papel que juega la industria tanto en la economía, en la sociedad (el 25% de la población ocupada de Euskal Herria trabaja en el sector industrial) así como en la naturaleza, en ELA consideramos que se han de utilizar todos los instrumentos a nuestro alcance para desarrollar y generar una industria adecuada a las necesidades que tenemos como país.
El primer paso para ello es identificar las cuestiones de mayor relevancia y prioridad que nos han llevado a la actual situación de alarma industrial:

Impulsar e implantar un modelo de consumo y de energía verde y sostenible, conjugando y garantizando las necesidades actuales y de las futuras generaciones

1.    La aplicación de políticas neoliberales: el Gobierno Vasco está desmantelando el estado de bienestar recortando gasto y servicios públicos, privatizando empresas públicas como Euskaltel y liberalizando y perdiendo el control de los sectores estratégicos (Kutxabank); las Diputaciones Forales aplican una fiscalidad injusta e inequitativa...

2.    Tenemos un modelo energético anticuado, insostenible y que es dependiente de la especulación; habiendo opciones alternativas y siendo las necesidades impostergables.

3.    Entre las prioridades no se sitúan las condiciones de vida y laborales, dando por buenas la precariedad y las reformas laborales y la estatalización de la negociación laboral: se ponen a las empresas en el centro del debate en vez de poner a las personas.

Apostar por el empleo digno y de calidad, creando un marco vasco de relaciones laborales y luchando con medidas e inspecciones contra la precariedad y la discriminación que sufren muchos colectivos

4.    Las políticas de formación para el empleo no son adecuadas: no se toman en cuenta la calidad y los resultados, sino los intereses económicos de la patronal, de UGT y de CCOO para obtener complicidad con los gobiernos y las políticas neoliberales que aplican.

5.    Se apuesta por las grandes empresas y las transnacionales, sufriendo la peor cara de la globalización y destinándoles los principales esfuerzos y ayudas cuando la mayoría del empleo la crean pymes autóctonas.

6.    Nos aplican las políticas y las medidas que estiman sin ninguna participación ni acuerdo, y menos aún en marcos de análisis y debate. Además, las relaciones con la administración están repletas de burocracia y no existe coordinación entre Gobierno Vasco, Diputaciones Forales y ayuntamientos, menos aún con los gobiernos del estado y Europa.

7.    Tenemos un nivel de I+D+i bajo, que es un 5% menor al de la media de la Unión Europea y un 40% inferior al del estado europeo que mayor esfuerzo realiza en este aspecto.

Defender el tejido productivo y el empleo existente en la actualidad, poniendo freno a las decisiones de deslocalización y desmantelamiento industrial que se vienen produciendo

8.    Se está deslocalizando el tejido productivo industrial y el empleo que conlleva, sobre todo cuando depende de empresas transnacionales, con el único objetivo de aumentar los beneficios.
Es por ello que se antoja más necesaria que nunca la lucha y colaboración para garantizar, desarrollar y transformar la industria de Euskal Herria. En ELA seguiremos trabajando y luchando, para que los gobiernos hagan lo que deben hacer: tomar medidas y políticas en beneficio de la sociedad.

En ELA estimamos necesarias estas medidas y políticas concretas, en lo referente al Gobierno Vasco y las Diputaciones Forales:

1.    Dejar a un lado el neoliberalismo y los recortes, fomentando el gasto público para mejorar e incrementar el tejido productivo; cambiar la política fiscal por una más justa y efectiva para la sociedad.

    Además, se ha de recuperar el control del empleo y las actividades estratégicas; para lo que se han de tener participaciones en empresas privadas (lo contrario de lo que se ha hecho en ACB Sestao y Euskaltel) y crear y fomentar empresas públicas, como un sistema financiero público y de calidad al servicio de la sociedad (que podría ser Kutxabank, si se revierte el proceso actual).

2.    Impulsar e implantar un modelo de consumo y de energía verde y sostenible, conjugando y garantizando las necesidades actuales y de las futuras generaciones. Solo en este aspecto se pueden generar 106.400 empleos a la vez que se protege el medio ambiente.

3.    Apostar por el empleo digno y de calidad, creando un marco vasco de relaciones laborales y luchando con medidas e inspecciones contra la precariedad y la discriminación que sufren muchos colectivos: se han de convertir las personas y la sociedad en el objetivo principal.

4.    Modificar completamente las políticas de formación para el empleo, dejando de lado a los gobiernos, sindicatos y patronales para priorizar el papel de los centros de formación y de los criterios objetivos y universales.

5.    Hacer una apuesta clara y concisa por la pequeña y mediana empresa y, a la vez, fomentar la transformación de la industria; vinculando las ayudas monetarias y de cualquier otro tipo a condiciones laborales dignas y niveles de empleo adecuados, para evitar que se repitan casos como el de Daewoo en Vitoria donde la empresa plantea el cierre tan pronto percibe las ayudas.

Analizar y debatir un replanteamiento y relocalización de los procesos de producción y consumo, para garantizar las empresas, empleos y productos locales. Evitar las dependencias externas será positivo para las pequeñas y medianas empresas, el empleo y el medio ambiente. Además, los certificados de procedencia y calidad pueden generar mayor valor añadido en la economía.

6.    Obtener la participación, acuerdo e implicación de las personas y los agentes sociales en la toma de decisiones; para que la democracia no solo sea la elección de un color cada cuatro años. Además, diseñar políticas coherentes e integrales para nuestro país, para que todas las instituciones públicas y gobiernos trabajen en la misma dirección con el objeto de mejorar las condiciones de vida y laborales de las personas. Las instituciones vascas deben confrontar, de manera práctica, con el modelo de política industrial de la Unión Europea, que se basa en el criterio de que la mejor política industrial es la que no existe.

7.    Convertir a la I+D+i en el principal impulsor de la economía, para generar mayor valor añadido y transformar el modelo productivo. Es imprescindible situarnos a la cabeza de Europa en la inversión en este aspecto.

8.    Defender el tejido productivo y el empleo existente en la actualidad, poniendo freno a las decisiones de deslocalización y desmantelamiento industrial que se vienen produciendo.
La clase trabajadora continuaremos luchando para garantizar y mejorar las condiciones de vida, pero los gobiernos también deberán hacer su labor para que así sea. Si el Gobierno Vasco abandona sus funciones, la clase trabajadora lo tendremos mucho más difícil para obtener justicia y equidad en Euskal Herria.