Juan Garibi: Fiare es un paso en la nueva economía que queremos construir

2013/11/13
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ELA forma parte del proyecto Fiare, que en 2014 se enfrenta al reto de iniciar su actividad financiera, a todos los efectos. Causantes de la actual fase de crisis, raro es el día en el que no tenemos noticias sobre las ayudas que las entidades financieras reciben de la Administración, los sueldos y las pensiones millonarias de sus directivos o los desahucios que llevan a cabo. Es evidente que el actual modelo financiero está en crisis pero, al igual que en otros campos, existe alternativa: la denominada banca ética. De ella hablamos con Juan Garibi, abogado-economista responsable de la actividad financiera de Fiare.
-A grandes rasgos, ¿qué es Fiare y por qué surge?
-En primer lugar, me gustaría resaltar que nosotros nacemos antes de la crisis financiera, por lo que nuestro diagnóstico no está marcado por la misma. 
Fiare surge de un doble diagnóstico que se cruza: el del que necesita dinero, personas que vienen de la red de la economía alternativa y solidaria, y el del que pone el dinero. 
La respuesta no es pues me cambio de banco; la respuesta es hay que cambiar la economía. Y Fiare es un paso en ese camino.
Pongamos el ejemplo de Emaús: responsables de un proyecto con un valor social indudable acuden a un banco a pedir dinero y se encuentran con que les piden garantías que no pueden dar, como beneficios en el tiempo, cuando son entidades sin ánimo de lucro. En consecuencia, estas entidades empiezan a crear instrumentos paralelos al sistema financiero, como los bonos solidarios, que dan respuesta a necesidades del día a día, como la compra de una furgoneta. Sin embargo, en proyectos más grandes se ve la necesidad de encontrar un banco que funcione con parámetros distintos a los que existían.
En el ámbito de la Iglesia había un caldo de cultivo a favor de invertir el dinero de manera consciente, en parte derivado de un estudio que demostraba la colaboración entre la banca y la industria armamentística, del que surgió la reflexión de “yo dejo mi dinero en un banco, pero ¿qué hace el banco con mi dinero?”. En esa reflexión no hay referencias a malas prácticas bancarias: aunque el sistema hubiera funcionado la motivación existiría. Yo que quiero una sociedad distinta necesito una economía distinta y, evidentemente, unas finanzas distintas. 
-Y desde ese diagnóstico inicial se empiezan a dar pasos hacia lo que es Fiare en la actualidad.
-Así es. En 2002 se crea una Fundación, que se dedica a hacer diagnósticos, análisis y propuestas. Somos, por tanto, una Fundación que tiene un banco: una entidad sin ánimo de lucro traslada sus valores al banco, los valores del movimiento asociativo.
En un inicio entran 53 organizaciones vinculadas a la Iglesia, a la cooperación al desarrollo, a la inserción social... En estos momentos son unas 90 -entre ellas ELA- y ha crecido mucho el espectro: mundo agrario, sindical, ONGs... La visión de Fiare es ahora mucho más amplia, una representación de la sociedad civil organizada muy grande. 
Desde el inicio llevamos a cabo experiencias de microcréditos y entramos en redes europeas para conocer qué se estaba haciendo en otros sitios. En el norte de Europa la preocupación es la apuesta por las energías renovables y la agricultura ecológica. En el Sur, sobre todo es un rechazo frontal al ánimo de lucro de los bancos. Fiare se sitúa ahí: entendemos que ese ánimo de lucro es la causa de todos los males. Por eso apostamos por proyectos muy transparentes y democráticos. 
-En 2004 Fiare empieza su andadura financiera, con sus limitaciones.
-En el año 2004 se da otro paso. Se decide que además de la alternativa ideológica hay que crear una entidad financiera. El Banco de España nos exige dos premisas previas: La primera, demostrar que ha  habido actividad financiera continuada. La segunda, inversores: un volumen mínimo de 5 millones de euros.
Era un reto enorme. Había que captar ahorro, invertir, generar actividad... y todo ello con un nivel óptimo de transparencia y participación. Un reto... y un problema, porque teníamos que vender productos financieros y no éramos entidad financiera, así que tras mucho rastrear nos pusimos en contacto con Banca Popolare Etica, una cooperativa de crédito que opera en Italia como banco a todos los efectos y nos convertimos en su agente exclusivo. 
Banca Popolare ofrece todo tipo de productos y servicios sin perder sus características de ausencia de lucro, democracia cooperativa y construcción de abajo a arriba. Es, además, una entidad supervisada adscrita a un fondo de garantía de depósitos de la Unión Europea. 
Por tanto, Fiare son dos cosas al mismo tiempo: una red de personas y organizaciones con vocación de crear alternativas dentro del mercado financiero para construir una economía con otros valores al servicio de una sociedad más justa. Y, al mismo tiempo, una empresa que opera en el estado como agente de Banca Popolare  Etica.
-Empezasteis a operar como banco a finales de 2005.
-Sí, aceptando depósitos mínimos de 3.000 euros a 2 ó 4 años. Abrimos una oficina en Bilbao con 2 personas en plantilla, ofreciendo un tipo de interés en función del euribor. Entre 2008 y 2011 tuvimos enormes dificultades para captar clientes porque los bancos necesitaban dinero y ofrecían intereses muy por encima.
-¿Qué tipo de proyectos financia Fiare?
-Fiare sólo presta dinero a proyectos que tengan un impacto social positivo. No se trata de una lista cerrada sino de evaluar cada caso concreto para ver los valores que hay en la base. Una vez presentada la documentación se realiza un análisis económico-financiero y una análisis ético-social del proyecto. 
-No concedéis hipotecas.
-A personas individuales, no. Sin embargo, sí damos créditos hipotecarios para construir viviendas cooperativas o apartamentos tutelados autogestionados, algo que está teniendo mucho auge. 
-Fiare nace en Bilbao pero pronto se ha extendido al conjunto de Euskal Herria y al estado español.
-Hemos crecido en trabajadores, en sitios y también en redes. La sociedad madrileña crea una asociación en procesos similares, lo mismo la barcelonesa... y llegan a un acuerdo con Fiare S.L. Todas somos Fiare. Se ha dado una construcción federal. 
Poco a poco vamos creciendo. Al año logramos unos 300 clientes nuevos y movemos unos 5 millones de euros.
-Destacáis, sobre todo, el funcionamiento democrático.
-El impulso político inicial, la Fundación,  lo dan entidades, pero el banco lo constituyen entidades y personas. Y todos, independientemente del dinero que tengan depositado, tienen un voto. 
Las entidades están en la Fundación y en la cooperativa (banco). Las personas, sólo en la cooperativa. 
-2014 se presenta como un año crucial para el futuro de Fiare. ¿Qué va a ocurrir?
-Ahora estamos viviendo un cambio trascendental en la corta historia de Fiare. Por un lado, en 2014 las 11 asociaciones territoriales del estado se van a integrar en la Fundación Fiare. 
Por otro, y en relación a los condicionantes que nos puso el Banco de España en 2004 para poder solicitar constituirnos como banco, la realidad es que, a pesar de las dificultades, estamos cumpliendo los objetivos que nos habían marcado: actividad financiera, clientes, capital... Sin embargo, en este interín de casi 10 años ha cambiado la regulación bancaria, el mercado; y ha cambiado también la situación de cómo acepta la legislación la existencia de entidades pequeñas cuando se está fomentando la concentración de las existentes. 
-Eso, me imagino, os habrá enfrentado a una difícil disyuntiva...
-Desde el inicio de Fiare descartamos juntarnos a un banco tradicional ya existente, así que como no tenemos otra opción y, además, es buena, vamos a construir nuestro futuro junto a entidades que ya existen y comparten nuestro valores. 
Hemos llegado a un acuerdo con Banca Popolare para que deje de ser italiana y opere en toda la UE. A sus 40.000 socios italianos les sumamos los casi 5.000 del estado y creamos una cooperativa a nivel europeo; convertimos nuestro proyecto local en algo global. 
Banca Popolare ya ha comunicado al gobierno italiano que en 2014 quiere abrir oficina en Bilbao como inicio de actividad directa. Esto permite dar más servicios y vamos a permitir abrir cuentas corrientes, emitir tarjetas de débito. El salto es inmenso. 
-¿Hasta qué punto crees que la crisis financiera puede servir para dar un empujón fuerte a proyectos de banca ética como Fiare?
-Es cierto que la crisis financiera ha generado más interés hacia la banca ética. Antes cuando explicabas que el sistema funcionaba mal te miraban como si estuvieras loco. Ahora ya no hay que convencer a nadie de eso. Vivimos un momento en el que, de repente, todos estamos en contra de los bancos desde una perspectiva de afectados. No es tanto que la gente esté convencida de que hacen falta otras finanzas como que esté cabreada porque ha perdido algo con las actuales. 
El problema es de fondo, quién decide que se hace en los bancos, quién decide la prima de riesgo. 
Por eso sí encontramos mucha demanda en estos momentos, pero vas cribando y ves que el número de gente que se acerca buscando una alternativa real es la menos. 
La respuesta no es pues me cambio de banco; la respuesta es hay que cambiar la economía. Y Fiare es un paso en ese camino. 
-En resumen, hay que seguir trabajando las alternativas.
-Sin duda. Desde el punto de vista social hace falta digerir todo lo que ha ocurrido. La crisis global actual no es un problema puntual; vivimos una situación nueva, no transitoria. Y hay que asumir que hay que hablar de empleo, de reparto de trabajo, de reducción de jornada, de fiscalidad justa y solidaria... Los minijobs no son una alternativa a nada: es empleo en exclusión social. Hay que construir alternativas a este modelo que ha demostrado de no funciona.
Para empezar necesitamos una política industrial distinta y una fiscalidad distinta. Y esos debates no se asumen en serio porque la clase política y la mayoría de la sociedad está en estado de shock esperando brotes verdes. Para estar preparados para la reflexión hay que empezar asumiendo que estamos en una sociedad distinta. El pasado no va a volver nunca más.