Astrid Agenjo: reflexiones feministas sobre la economía y la(s) crisis

2014/03/07
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La víspera del 8 de marzo, día internacional de las mujeres, el sindicato ELA ha organizado una conferencia sobre economía feminista con la economista feminista Astrid Agenjo. Aquí tenéis un resumen de su conferencia, con imágenes, y un vídeo resumen. En transición hacia una economía que ponga el sostenimiento de la vida en el centro...

Cuando escuchamos la palabra economía, nos viene a la mente un hombre blanco hablando a otros hombres blancos sobre cifras y números. Nos venden la economía como una ciencia, que dice verdades universales y técnicas, en definitiva, nos dicen que el problema del empleo se soluciona con una ecuación. Nos esconden, que detrás de las decisiones económicas hay ideología, que detrás de las soluciones técnicas que nos imponen hay una decisión política, con el objetivo de perpetuar el orden social injusto. Todo conocimiento es político, y la economía tal como nos la venden hoy, es el reflejo de unas relaciones de poder.

En economía es bueno que crezca el PIB, pero esa es una elección política con el objetivo de expandir el mercado. Hay que discutir eso, por un lado porque el crecimiento se topa con los límites sociales y ambientales, pero por otro, porque sabemos que no todas las necesidades las satisface el mercado.

Economia icebergNos venden que sólo la economía productiva es economía, escondiendo e invisibilizando que esa economía no es posible sin todos los trabajos reproductivos que se realizan fuera del mercado. A eso le llamamos nosotras la economía del iceberg, porque la economía productiva, la única parte que se ve, es la parte más pequeña de la realidad.

Conflicto capital-vida

Mirando a estos dos dibujos, ¿cuántas personas están trabajando?

Hombre ordenador

Mujer trabajo

¿Una? ¿Dos? Pues una, porque el hombre está haciendo apuestas por internet. Lo que pasa es que nos marcan socialmente cuál es nuestro lugar. La segregación es horizontal (dependiendo del sector hay trabajos de mujeres o de hombres) y vertical (en los puestos de arriba apenas hay mujeres, aunque las universidades estén llenas de mujeres). Existe un techo de cristal y un suelo pegajoso, debajo de una estructura que produce  desigualdad de género haciendo una distribución sexual del trabajo: ética de cuidados reaccionaria (mujer cuidadora, el hombre se realiza en la actividad profesional) Lo que busca esa estructura es controlarnos, porque tenemos que seguir ahí, ya que sin el trabajo de cuidados es imposible que se reproduzca el sistema, pero esi sí, todo ese trabajo se tiene que mantener invisibilizado.

Ante esta estructura androcéntrica en la que vivimos tenemos dos opciones, aceptarla o intentar transformarla

Por lo tanto, cuando se pregunta ¿qué tiene que ver la economía con las relaciones de género? Precisamente esto que he comentado. Ante esta estructura androcéntrica en la que vivimos tenemos dos opciones, aceptarla o intentar transformarla. Por ejemplo se proponen medidas de conciliación, pero ¿quién concilia? La mujer. No se va  a la raíz. Lo que hay que poner en cuestión es la estructura que prioriza la acumulación de capital al sostenimiento de la vida. La vida es vulnerable, debe ser cuidada, todas las personas somos interdependientes y ecodependientes. Tenemos que ir a la raíz.

El objetivo de la economía feminista es crear conocimiento transformador yendo a la raíz. Queremos descentrar el mercado de la economía, poner el centro de la economía las personas y sus necesidades. El mercdo tendrá su lugar, pero ya no será el centro. El conflicto principal no se da entre capital y trabajo, sino entre capital y la vida. La explotación se da en el mercado, sí, pero también en el hogar .

Debemos hacernos tres preguntas continuamente, para ir a la raíz:

  1. ¿Cuáles son mis expectativas? ¿Todo lo que quiero conseguir en la vida se limita a lo que puedo conseguir en el mercado?
  2. ¿Qué papel juegan los cuidados?
  3. La economía ¿consigue sostener la vida? ¿Qué relaciones de poder y de explotación se producen y reproducen?
Esto afecta más a las mujeres porque dejan en nuestras manos el sostenimiento de la vida, porque se nos acumulan los trabajos y porque se refuerzan los estereotipos que nos adjudican

Últimamente vemos que cada vez se necesita más dinero para vivir, pero que cada vez cuesta más conseguirlo. Y así han conseguido que la deuda se convierta en dispositivo clave de disciplinamiento. Cuando pregunto alrededor mío “¿por no salís a la calle a protestar?” me responden “es que tengo una hipoteca que pagar...“ Hemos llegado una continua expansión de las precarización de la vida, que lleva  a la gente a la exclusión y a la pobreza. Es una crisis de reproducción social.

Y lo que están consiguiendo con esta crisis económica que oculta todas las demás crisis que ya existían es socializar los riesgos de los mercados.  Esto afecta más a las mujeres porque dejan en nuestras manos el sostenimiento de la vida, porque se nos acumulan los trabajos y porque se refuerzan los estereotipos que nos adjudican.  Tenemos que estar controladas. Somos el  elemento último de ajuste, de colchón, pero eso se invisibiliza, porque no interesa que el conflicto capital-vida salga a la luz.

Por lo tanto tenemos que transitar hacia un modelo que ponga en el centro nuestras necesidades, teniendo en cuenta la universalidad y la singularidad. Para ello debemos pasarnos el sospechometro a nosotras mismas: qué modelo de consumo estamos reproduciendo; qué modelo de vida… Darnos cuenta cómo estamos reproduciendo formas de desigualdad con nuestra forma de vivir y consumir.

Para terminar, testimonio de Loli del Castillo sobre la lucha de las trabajadoras de las residencias de Bizkaia: